Mintiéndome.

¿Cuánto tiempo más voy a seguir mintiéndome? ¿Cuánto tiempo más voy a seguir creyéndome mis mentiras?
Porque es eso. Es creer en mis propias mentiras. Es mentirme a mí misma. A nadie más.
Las mentiras tarde o temprano siempre terminan, siempre destruyen algo, siempre lastiman.
Nada bueno se saca de la mentira.
Creemos que mintiendo vamos a ser felices, vamos a solucionar las cosas, vamos a arreglar o cambiar lo que la verdad no puede.
La mentira es mentira en sí misma. La mentira no existe.
No es nada más que la no verdad. Es intentar tapar el sol con la mano. Negar la realidad.
La mentira tiene patas cortas.
La mentira solo es como un reloj de arena, una cuenta regresiva que puede tardar más o menos, pero que siempre termina.
¿Por qué mentirme a mí misma? La verdad está escrita, es única. Es lo único verdadero.
¿Para qué seguir mintiéndome si solo estoy aceptando la verdad?
Al mentir confirmamos la verdad. La tomamos, la abrazamos, nos hacemos amigos, nos acostumbramos.
Al mentir no nos engañamos a nosotros mismos, ni a nadie, porque todo lo que hacemos es aceptar la verdad, aceptar que es cruel, que duele, que lastima, más que la mentira.